jueves, 2 de mayo de 2013

Divagaciones sobre el casualismo.

La primera vez que tuve constancia del sectarismo que ahora invade el videojuego fue en 1987. Ya hacía un tiempo que había adquirido mi Spectrum y le había sacado suficiente jugo a las joyas de El Lingote, como para pensar en aproximarme a Hipercor a planear nuevas adquisiciones futuras.
Recuerdo que aquel día estaba muy ilusionado, porque además de poder ya considerarme cosumidor vigente de videojuegos de un sistema doméstico propio, empezaba el periodo vacacional, era un resplandeciente día soleado de esos que un joven de 12 años iba a tener para disfrutar en plena libertad durante tres meses estivales, y eso me hacía estar de muy buen humor hasta que me topé con el típico soplapollas de turno.

Siempre me ha parecido especialmente descarado el ventajismo con el que las adaptaciones de arcade, se servían de un screenshot de la recreativa para mostrarlo en el dorso, a sabiendas de que la adaptación a 8bits no iba a dar esa calidad gráfica ni en sueños. En un intento, error por mi parte, de codearme y socializar con otros que estaban en la misma condición de aficionado que ahora estaba yo, me dirigí jocosamente a alguien que investigaba las mismas estanterías, yo sostuve el Express Raider de Spectrum en la mano y le comenté lo tragicómico que me resultaba, que los distribuidores llegasen a pensar que iba a colar el screenshot de la recreativa en el dorso. Precisamente Express Raider de Spectrum había estado expuesto en ese centro comercial y la diferencia era abismal.
El sujeto, que no debía tener muchos meses de edad más que yo, y era de un estirado que resultaba absolutamente repelente desde que abrió la boca por primera vez... Me dijo sin dirigirme la mirada, que las carátulas se hacían iguales para todas las conversiones, y que logicamente escogían la versión doméstica que mejor lucía, por eso yo no reconocía la del Spectrum... pero insitía en que sí era de otro ordenador.
Le mostré el dorso, dejándole claro que ningún ordenador de 8 bits disponía esos gráficos en pantalla, y que claramente era una pantalla de la placa arcade, que estaba en muchos locales de la ciudad en ese momento.
 Por primera vez se dignó dirigir la vista hacia lo que yo le estaba mostrando, la observó de cerca y acabó concluyendo, en la senda de su anterior discurso, que eran imágenes "del Commodore". Me di cuenta de que efectivamente todo el tiempo, aquel niño había estado mirando la sección del C64. Entonces me empecé a dar cuenta de que lo que anidaba la mente de aquel chaval, venía a ser un desprecio absoluto del ZX Spectrum y un endiosamiento sobredimensionado del Commodore64... Qué poco ha cambiado el mundo en tanto tiempo...

Me empecé a dar cuenta de que el problema era que esa persona no había visto la recreativa de Express Raider en los días de su vida. Seguramente sus padres eran demasiado mojigatos para permitirle al nene entrar a un local pecaminoso donde hubiese máquinas de ese tipo... y por tanto, comprendí que claro que colaba la ingenuidad del screenshot de la recreativa en el dorso, por mucho que a mi me pareciera una obviedad manifiesta, reinaba tal ignorancia que colaba cualquier payasada por absurda que resultase... y así sigue siendo actualmente, no nos engañemos.

Hechos:
Esta es la portada del Express Raider de Spectrum que tuve en la mano:

 

Esta es la pantalla de la recreativa, que se corresponde con el dorso:

Esto es un screenshot del Commodore64:

Tan obvia es la evidencia de su error, como el propio hecho de que la recreativa es la única versión que distingue la figura del revisor. En las versiones domésticas aparece simplemente un vaquero.
Pero... la realidad no tiene la más mínima relevancia a los ojos de un fanático.

Por eso ahora, muchos años después, cuando voy a Game no hablo con nadie que se me ponga al lado...

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