jueves, 20 de octubre de 2016

Historias de un Troll Parte 8

Ocurrió por iniciativa propia. Se comprende que llegado a tal punto de desconexión con la realidad más inmediata, el troll necesitaba de alguna manera reivindicarse a sí mismo con algo que, por una vez, consiguiera tener algún vínculo lejano con la verdad.
De tal forma que, sin venir a cuento y sin que nadie le retara a nada, decidió demostrar que sí sabía jugar al menos a un juego y que había tocado alguna vez una recreativa. Lo cual, ya es en sí bastante patético para alguien que iba de ser lo más veterano y sabio de España y alrededores.
Así pues, como para echar tierra de sus dos estrepitosas vergüenzas pasadas, nos amaneció un buen día con el siguiente documento (Recomiendo subir el audio para escuchar al troll en todo el esplendor de su prepotencia).



Completo-1
Completo-2



Está contado en los recopilatorios de preguntas, pero considero que es bueno llegado este punto, remarcar que, comprobando que en su vídeo se le oía en todo momento un temor tan inmediato como manifiesto a perder el siguiente asalto (algo totalmente impropio del maestro de las recreativas que presume ser) y que se le veía en todo momento a él y a su compañero de fantasmadas borrachos, pero borrachos como una cuba... decidió en última instancia y ante las burlas recibidas, quitar el audio. Y... aunque no lo reconoció por la vía de decir que nunca lo subió con audio, lo cierto y verdad una vez más, es que en intering que Youtube tarda en hacer efectiva la petición, yo lo descargué con audio... y no tiene desperdicio.




También llegados a este mismo punto, yo repliqué con mi propio vídeo grabado por mí. Ya que me había comprometido anteriormente a superar cualquier partida de Sorrimus cuyo juego yo también tuviera al alcance. Y este era uno de ellos a pesar de la falta de acuerdo previo.




El razonamiento que sigue Sorrimus el troll llegados a este punto es bastante simple; A lo largo de la historia de los videojuegos, lo que imperan y la impresión con la que siempre nos quedamos, es que los videojuegos son complicados, o que al menos, que la dificultad se va incrementando exponencialmente a madida que avanzas. Pero escondidos entre los pliegues de la historia, incluso en el mundo infernal de las recreativas existe algún mirlo blanco, algún juego no tan difícil como la media, y que con alguna clave facilita de aprender, puedes superar sin excesivos problemas. Cualquiera que recuerde Super Street Fighter 2 Turbo, donde ya los ataques de los personajes, incluidos Ken y Ryu, aparecen globalmente modificados con respecto a Street Fighter II, recordará que se trata de un juego extremadamente difícil de terminar. No obstante, a medio camino y como nadando entre dos aguas, se encontraba este menos conocido a nivel de calle Super Street Fighter II, PERO todavía sin incluir la palabra Turbo. Y es en esta versión intermedia, donde sibilinamente Sorrimus o algún amigo debía haber advertido que conociendo, como todo el mundo conoce, el Street Fighter II de toda la vida, y agachándote estratégicamente para forzar al enemigo al salto, podías cazarle con facilidad. De hecho, por eso las versiones posteriores, ni Turbo ni Zero (Alpha) Ken y Ryu poseen ya dicha patada, que se convirtió en un recurso demasiado socorrido y ventajoso. En este caso, aunque sea con miedos y sin convicción, le sirve a un casualeta para fingir que alguna vez tuvo un pasado jugable en entornos recreativos.
Completo-3

Y no acabó aquí la cosa.